Hoy me preparé un café doble.
No porque estuviera cansado.
Sino porque necesitaba un poco de cariño.
Sí, a veces un café se siente como un abrazo.
Últimamente me ronda una idea en la cabeza.
Esa frase que muchos repiten como escudo:
“A mí no me importa lo que piensen de mí.”
Ya.
Ojalá fuera tan fácil.
Pero si somos honestos, no siempre es verdad.
A veces jode.
Y jode más cuando viene de alguien que te importa.
Cuanto más quieres, más duele.
Así de simple.
Así de jodido.
No es drama.
No es dependencia.
Es lo que hay.
Uno puede estar partiéndose la cara cada día.
De sol a sol.
Luchando en silencio.
Y lo único que espera —aunque no lo diga—
es que alguien suelte un simple:
“Lo estás haciendo bien.”
No por ego.
Por gasolina.
Por no sentir que estás remando solo contra la corriente.
Pero ¿qué pasa cuando no llega?
Cuando los que tienes cerca solo saben callar o criticar.
Compararte con otros.
Medirte con reglas que no aplican.
Hablar sin tener ni puta idea de lo que te cuesta cada paso.
Y lo peor:
Que mientras estás en la pelea,
en ocasiones te dicen que lo dejes.
Que eso no es lo tuyo.
Que te busques algo más “normal”.
Y luego, cuando empiezas a levantar cabeza…
Ahí sí.
Ahí aparecen.
A felicitar, a aplaudir, a decir que “siempre creyeron en ti”.
Qué fácil es subirse al barco cuando ya flota.
Pero no estaban cuando hacías agua por todos lados.
Por eso, si no te lo dicen, te lo dices tú.
Sin filtro. Sin pena.
Porque sí, a veces hay amigos que ves poco
y con una sola frase te salvan el día.
Y otros, que están todo el tiempo,
y no saben hacer otra cosa que señalar lo que te falta.
Nunca lo que ya lograste.
No los culpes.
Ven lo que ven.
Dan lo que son.
Pero no tragues con todo.
No te calles lo que sientes.
Y, sobre todo, no dejes que eso te haga dudar de ti.
Porque si tú no estás de tu lado, estás jodido.
Yo me repito esto a menudo.
Para no olvidarlo.
Para no aflojar:
Lo estás haciendo de puta madre.
Y si hoy no puedes más, para.
Tómate el día. O dos. O tres.
Te los mereces.
Porque tener el valor de pelear por lo que amas,
aunque no veas resultados,
aunque nadie lo entienda,
aunque a veces duela,
ya es una victoria que muchos no conocen.
A veces lo que uno siente no cabe en un post.
Por eso hice Saturno: Lights & Shadows.
Para mostrar mi proceso real, sin filtros.
Está disponible en este link.